Seleccionar página

Dos deportistas en uno.

Como dice mi amigo Jesús Rivilla, adaptando un texto de Carl Blue,  «las personas somos duales«. En estos tiempos polarizados  que nos tocan vivir (o eres bueno o eres malo; de derechas o de izquierdas; estás conmigo o contra mí), es complicado entender que en el equilibrio de dos acciones contrapuestas reside el impulso para avanzar hacia tus logros.
Mario Mola, con su tercer título consecutivo en las series mundiales de triatlón es un claro ejemplo. Me explico.
Decía un  Gianni Bugno todavia en activo  «he tenido la mala suerte de haber nacido en la misma época que Miguel Indurain«. Más o menos. Esta afirmación deja entreveer una balanza psicológica inclinada hacia el victimismo.
Mario Mola ha pasado por una situación similar. Delante estaba un fuera de serie,  Javier Gómez Noya (5 veces campeón del mundo en las mismas series mundiales), pero lejos de resignarse ha sabido darle la vuelta, juntádose a Noya para aprender, desarrollando sus fortalezas (es el triatleta que más veces ha corrido los 10k por debajo de 30 minutos y los 5k en menos de 14′) y minimizando sus debilidades, esperando el momento justo para explotarlas. Ese momento ha llegado. Y dura ya tres años.

Mentalidad de campeón.

Se hace necesario entender su visión de carrera.
No es un «dominador» absoluto como su amigo Noya. Su táctica se basa en la paciencia. No sale entre los primeros nadando. En la bici tiene que encontrar aliados en un buen grupo para poder remontar o perder únicamente esos segundos con los que ya cuenta antes de empezar. Juega en el filo de la navaja. Confía en sus posibilidades y sabe que depende  de otros en el ciclismo.
¿Te imaginas el autocontrol necesario para gestionar una situación en la que tienes fuerzas de sobra para dar pedales pero sabes que eso no te dará el triunfo? Al ir delante tienes una carrera despejada. Mínimos oponentes, máxima exigencia física. Detrás todo está embarullado. Muchos oponentes, no vas al límite físico. Sólo te queda tu ambición. Esa ambición que contrasta con la humildad de un tipo que equilibra como nadie  la paciencia de los años en segunda fila con la urgencia de ponerse unas zapatillas para demostrar que aguantando hasta el final también se ganan  carreras….y campeonatos.
Seguro que habrá quién únicamente le critique que «nada mal, que sólo le van bien los triatlones sprint o lo único que hace bien es correr « pero se estarán perdiendo cada uno de los opuestos que equilibran todas esas críticas y que hacen que SuperMario sea paciente y nervioso, gregario y campeón. Dr. Jekill en el agua y  Mr.Hyde corriendo. Dos triatletas en uno.